Bien es sabido que el periodismo está dejando de ser lo que era. Podemos partir de la base de que la independencia u objetividad en la información es algo ideal, difícil de alcanzar. La realidad es contada de una manera u otra, relativizada o pasada por un filtro, pero realidad, al fin y al cabo, pues los hechos objetivos siempre serán los que son.
En España, al igual que está ocurriendo en gran parte de los países europeos, se está produciendo una agrupación de la prensa escrita en grandes editoriales propietarios de medios de comunicación. Y la información, ya no sólo se enfoca bajo un prisma, sino que se manipula descaradamente. Uno de los mejores ejemplos es la crisis de Ucrania.
Las mentiras y falsedades que se están vertiendo sobre Ucrania rayan en el embuste y el engaño informativo. Son mentiras que no se las creen ni ellos, tan descaradas, que se pueden desmontar, ya no desde la política o los hechos históricos, sino desde la más pura lógica.
Se nos hablaba del gobierno de Ucrania como si fuera el que representara la legitimidad democrática, cuando unos golpistas depusieron mediante la violencia a un gobierno elegido democráticamente. Que fuera corrupto no viene al caso, ya que su elección fue legal. Tenían las próximas elecciones, en vez de liarse a tirar cócteles molotov.
Gran parte de los golpistas no eran precisamente un buen ejemplo de demócratas, sino abiertamente fascistas y racistas, ejemplificado en el incendio de una sinagoga y violencia contra judíos, además de manifestar admiración a Hitler y a sus colaboradores ucranianos.
Afortunadamente, se han celebrado elecciones presidenciales el pasado 25 de mayo, en que fue elegido el magnate Petró Poroshenko, y actualmente el gobierno ucraniano es legítimo, condición sine qua non para ser tomado en serio.
También nos dicen que Occidente irá a echar una mano a Ucrania. Sí, pero al cuello. A la pobre Ucrania, a cambio de un préstamo de 20.000 millones de euros, la Unión Europea, Estados Unidos y el FMI, le impondrán unos fuertes recortes sociales de sueldos, pensiones, expulsión de funcionarios y fuertes subidas de tasas e impuestos. Mientras en la "invadida" Crimea, los sueldos y pensiones se han equiparado a los rusos, con fortísimas subidas y Rusia prepara una serie de inversiones en la Península.
Ese "rescate" a Ucrania, que parte sale de los bolsillos de los europeos no irá destinado a mejorar la vida del pueblo ucraniano, sino, sino a salvar bancos y mejorar las fuerzas de seguridad, en las que integrarán muchos de los nazis como en la Guardia Nacional. Lo que nos faltaba a los españoles, además de rescatar castas políticas y banqueras, ahora nos toca rescatar nazis.
El gran perdedor de esta historia es Ucrania, que renunció a poseer armamento nuclear, y que ha sido el centro de intereses económicos y tensiones políticas entre la Unión Europea y la OTAN, por un lado, y la Federación Rusa, por el otro.
Estados Unidos y Europa se echan las manos a la cabeza sobre lo malo que es Putin. Cree el ladrón que todos son de su condición. Y no es que precisamente Putin sea un santo, pues también desde Rusia se está manipulando la información, como se puede comprobar en este enlace. Este es el problema, que no hay buenos en esta historia, pero sí víctimas.
Al final, ¿en qué quedará esta historia? En un conflicto de baja intensidad que interesa a las dos partes, como algún articulista ha insinuado con descaro en el Washington Post y en el New York Times. El problema de los enfrentamientos civiles es que se sabe como empiezan, pero no como acaban. Nunca conviene destapar la caja de los truenos.
Y la Unión Europea, en vez de actuar en su territorio como un arbitro pacificador, sigue con su política de enfrentarse y no aceptar a Rusia, como si esta no fuera europea y occidental. Una Europa en plena descomposición de valores, que ya no es el referente ético en derechos humanos y sociales, que fue tras la Segunda Guerra Mundial, e insolidaria con sus países más pobres. Una Europa que necesita regenerarse, pues Europa será la Europa de los valores democráticos y sociales o no será.
Jaime Arroyo
Entradas relacionadas: el análisis de Jaime Arroyo
0 comentarios:
Publicar un comentario