Las mujeres afganas bajo dominio o territorio talibán vivien bajo enormes privaciones y sufrimientos. Los talibán tratan a las mujeres peor que a sus animales.
Entre las actividades que tienen prohibidas están el trabajo fuera de sus hogares, estudiar en escuelas, universidades o cualquier otra institución educativa, no ir totalmente cubiertas en público con un largo velo, uso de cosméticos (a muchas mujeres con las uñas pintadas les han sido amputados los dedos), reír en voz alta (ningún extraño debe oír la voz de una mujer), tener presencia en la radio, la televisión o reuniones públicas de cualquier tipo, practicar deportes, lavar ropa en los ríos o plazas pública, asomarse a los balcones de sus pisos o casas, o acceder a los baños públicos.
Las bodas con niñas menores de 16 años se toleran y promueven. Amnistía Internacional calcula que el 80% de las bodas afganas se realizan a la fuerza.
Malala Yusufzai fue tiroteada el 9 de octubre de 2012 en Pakistán por reivindicar el derecho a la educación de las mujeres. Tras varias intervenciones quirúsgicas se recuperó y actualmente es un símbolo en Pakistán para la alfabetización de las mujeres. Yusufzai recibió el Premio Nacional por la Paz en 2011 que otorga Pakistán, por su defensa de la educación de las niñas
Bibi Aisha, cuando tenía 18 años, los talibanes le arrancaron las orejas y la nariz, por haber intentado escapar de la familia de su marido en un matrimonio concertado. La aparición de su foto en la revista Time dio la vuelta al mundo. No fue un caso aislado, Aesha Mohammadzai también sufrió lo mismo cuando tenía 22 años. Afortunadamente, Bibi Aisha recuperó su aspecto tras una reconstrucción facial.
Son sólo ejemplos de coraje y de lo duro que es ser niña o mujer en un entorno donde se las considera posesiones o seres inferiores. Niñas sin infancia y sin derecho a jugar o cantar.
Afortundamente Bibi Aisha recuperó su sonriente rostro
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