Este comportamiento ha dejado desconcertado a los naturalistas, pues más extraño no puede ser que un mamífero intente copular con un ave. Hay cuatro casos documentados en este siglo. En tres de ellos, los pingüinos salieron vivos, pero en uno, la foca mató al pingüino y luego comió al ave.
Este anormal comportamiento fue observado por vez primera en 2006, en una isla de Sudáfrica. Las focas persiguen a los pingüinos, los capturan y montan durante unos cinco minutos. Todos los ejemplares de focas han sido machos. El sexo de los pingüinos no ha podido ser comprobado.
La foca peletera antártica (Arctocephalus gazella) de unos 100 kilos de peso viola durante más de 45 minutos a un pingüino rey (Aptenodytes patagonicus), de unos 15 kilos.
No se conocen casos de otras especies de pinípedos (focas, lobos y leones marinos) intentando mantener relaciones sexuales con un animal biologicamente diferente. Los motivos de por qué el mamífero intentó copular con el ave no están claros, aunque los especialistas especulan que pudiera deberse a la inexperiencia o frustración sexual del joven ejemplar de foca. Puede que lo que empezara como un acto de caza o agresivo, terminó siendo un juego sexual.
Los científicos, que han publicado el caso en el Journal of Ethology, afirman que finalmente no hubo cópula, a pesar de los movimientos pélvicos del mamífero. El pingüino salió vivo de la agresión.
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