Los políticos impresentables que prediquen con el ejemplo en la crisis del ébola

Traje de seguridad

Causan verdadera vergüenza ajena las declaraciones del consejero madrileño de Sanidad sobre el contagio por ébola de la auxiliar de enfermería Teresa Romero.

Primero, acusa a la misma de mentir por no informar a la médico de atención primaria de su fiebre. Una idiotez como la copa de un pino, porque nadie en su sano juicio querría ocultar, a riesgo siempre de su vida, la posibilidad de haber contraído una enfermedad tan grave como el ébola. La razón es que simplemente no lo meditó, sucedió el mecanismo de negación mental de no creer que puede haberse contagiado de una enfermedad muy grave, o algo más falló en el sistema sanitario.

Segundo, no contento con la tremenda boutade, tacha de inútiles al personal sanitario, afirmando que para poner un traje de seguridad no hace falta un Máster.

Todo ello es verdaderamente grave, teniendo en cuenta que la afectada arriesgó su vida más allá de sus condiciones de trabajo y no se puede defender de las acusaciones, al estar gravemente enferma.

Se está hablando de error humano, y aunque ello se pueda calificar así, lo que ha ocurrido ha sido un accidente que se podía haber evitado, con una formación, unos protocolos y una vigilancia de manera absolutamente estricta.

Los dirigentes que afirman que todo se ha hecho correctamente, deberían mostrarlo con el ejemplo, poniéndose el traje de seguridad y entrando en la habitación de los afectados, emulando al famoso baño de Fraga en el incidente de Palomares. Si tan seguros están con los protocolos y los trajes no deberían tener ningún miedo, ¿no es así?

Por desgracia nada que ver con el respeto y la defensa de los ciudadanos y de los que cumplen con el deber que nos muestran muchos dirigentes extranjeros. Como bien, afirma Teresa Romero,

En EEUU ya habría salido el presidente a elogiar la valentía y el patriotismo de los trabajadores de la sanidad que están en primera línea de combate contra el ébola y su amenaza

Me dan igual derechas o izquierdas, estoy harto de castas políticas y de élites extractivas, sólo quiero buenos gestores, personas formadas, educadas, sensibles, con empatía. 

Pero esto nunca será posible, mientras el pueblo español continúe idiotizado, en vez de preocuparse por el país, que somos todos sus ciudadanos, se preocupe porque "su" casta extractiva sea la que gobierne y la que le exprima.
Jaime Arroyo


Entradas relacionadas: el análisis de Jaime Arroyo
Compartir
    Blogger Comentarios
    Facebook Comentarios

0 comentarios:

Publicar un comentario