Han transcurrido más de dos semanas desde las elecciones al Parlamento Europeo celebradas el anterior 25 de mayo. Pasada ya la sorpresa (o no) de los resultados y habiendo sacado sus conclusiones los partidos políticos (o no), se puede analizar el tema con cierta serenidad.
Partido Popular, la caída esperada
La estulticia demostrada por el tandem Rajoy-Montoro que pensaron que las patadas a sus votantes (me vienen a la cabeza los autónomos y los funcionarios) nunca las iban a pagar, les han salido caras. Las han pagado y bien.
Si en algo se ha caracterizado el gobierno de Rajoy ha sido por la cobardía y la mentira, ha sido fuerte con los débiles y débil con los fuertes. Ha recortado derechos y gastos sociales, mientras se ha negado a tocar ni uno sólo de los vergonzosos privilegios y el descontrolado gasto de la clase política y sus advenedizos.
Ha pasado de 12 millones de votantes a tan sólo 4, es decir se ha quedado en la tercera parte de los votos. Ese pueblo que confió en esta formación con una confianza absoluta, hoy se siente traicionado y engañado.
Estaba claro el descalabro del Partido Popular, si no se pone las pilas y muy en serio, sólo le quedan dos opciones: quedar como formación residual o ir desapareciendo poco a poco.
El PSOE sigue en el limbo
¿Qué se puede decir de un partido desconectado de la realidad que ha basado su campaña en la más pura demagogia? Cuando hablan sus dirigentes parecen vivir en un mundo en el que no viven la mayor parte de los ciudadanos.
Ni siquiera ha sabido aprovechar el hundimiento del Partido Popular y ser oposición. Al igual que éste, ha pasado de los líderes a los liquidadores, Zapatero y Rajoy, liquidadores de España y de sus partidos.
Ha pesado en la memoria la más que desastrosa gestión de Zapatero y su horrible legado en forma de crisis y miseria. Y como alternativa sólo han ofrecido casta y más casta política. La regeneración que necesitan no es una simple pintura, sino un cambio completo de chasis y carrocería. Pero por el momento, sigue en el limbo y encantado de conocerse.
Izquierda Unida, el ascenso esperado
Su ascenso, dadas las políticas antisociales del gobierno de Rajoy y la Unión Europeas (alabadas por el susodicho) era inevitable. Pero con un límite. Se ha comparado a Izquierda Unida con la Syriza griega. Pero no nos equivoquemos.
Izquierda Unida no tiene un proyecto nacional, ni un programa serio, ni tampoco ofrece la imagen de unos dirigentes sólidamente formados. Y si a todo esto añadimos los coqueteos con el nacionalismo, incluido el conservador burgués, hay un tope a los votos de esta formación.
No obstante, su ascenso es muy importante, y sus votos son para tener muy en cuenta, pues van a decidir el futuro de muchos parlamentos y legislaciones, como se puede comprobar en Extremadura.
Podemos, la gran sorpresa
Sin duda alguna, la gran sorpresa . Pero analizándolo detenidamente no es tanta, pues tiene muchos ingredientes para un éxito electoral. Sus dirigentes han sabido capitalizar el descontento surgido tras el 15-M; muchos de ellos son profesores, aportando una imagen intelectual y de preparación; han hecho guiños a los autónomos (una de sus dirigentes es una autónoma en paro); manejan como nadie los medios de comunicación e Internet; y están libres de toda sospecha de haber participado en las vergüenzas del sistema.
Como puntos negativos, está la imagen de una cierta radicalidad, contactos con el chavismo y la participación en el canal iraní HispanTV, cuyo gobierno está implicado en la violación de derechos humanos. Y no sólo eso, se les acusa de un boicot a Rosa Díez en la Complutense y de estar codo a codo con el independentismo abertzale.
Demos tiempo al tiempo. Es de suponer que todas estas sospechas sean aclaradas en los próximos meses, ya que ahí es donde van a meter el dedo en la llaga el resto de los partidos.
UPyD, cierto estancamiento
Experimenta una subida, pero menor a la esperada. El pulcro, serio y honesto Sosa Wagner ha logrado una moderada subida, pero dado el descalabro del bipartidismo debiera haber sido mayor.
Entre las causas, habría que citar el excesivo protagonismo de Rosa Díez, no saber manejar adecuadamente los medios digitales y ciertas sospechas de continuidad, o dicho de otra manera, existen dudas de si ocupando poder, llegarán a realizar las reformas que predican, o en cambio, al estilo de Mariano Rajoy, confirmarán que todo sigue igual y va a seguir igual.
Parecen haber llegado a un tope ¿y cómo romper ese tope? Deben dejar claro que van a cumplir su programa. Después del descomunal engaño de Rajoy, la población está desconfiada en exceso.
CiU, el lastre de Mas
Artur Mas se creyó que sus políticas que fomentaban la desigualdad y la injusticia social se taparían tras los gritos de independencia.
Se ha equivocado por completo. Y desconectado de la realidad, como buen político de la casta, desconocía la ley del desplazamiento político, que dice así: una formación política que asume los postulados de otra como propios y sin ser genuinos, termina desplazada por esta, por considerarla los votantes como más auténtica.
Estaba claro. Los votos de CiU, Mas se los ha regalado a ERC, que sube como la espuma.
Artur Mas = Game Over.
Movimiento Ciudadano, lento, pero seguro
Las encuestas más optimistas le otorgaban un eurodiputado y las encuestas les han dado dos. Apoyo cero y boicot también, pero aportan un mensaje fresco y controlan los medios digitales.
Y aparte está la imagen sólida de honradez e intelectualidad de Javier Nart, que frente a tanta pacateria y estulticia, ofrece un discurso sólido y fundamentado.
Desde su nacimiento han experimentado un ascenso muy lento, pero seguro, jamás han desandado lo andado, lo que indica ciertas garantías de estabilidad
VOX, futuro incierto
Rajoy and Company no iban a consentir que los escarbasen por la base. El boicot ha sido absoluto, desde la derecha a la izquierda. ¿Ha oído alguien a VOX? Es que no se sabe ni tan siquiera que opinan.
¿Por qué la gente no votó a VOX si presuntamente se proponían cumplir el programa electoral del PP, traicionado por el gobierno de Rajoy?
Los votantes fieles del PP se decantaron por el voto útil y los dudosos, después de las mentiras tan descaradas e inmorales de los últimos presidentes, Zapatero y Rajoy, están susceptibles ante tanta mentira y tanto engaño, y pensaron que VOX era otra versión del Partido Popular. El tiempo dirá cual va a ser su futuro.
¿Se pondrá las pilas el bipartidismo PPSOE?
Lo previsible es que no. La mayor parte de la clase política, en especial toda la que ocupa alguna parcela de poder, aunque sea pequeña, se ha caracterizado por vivir e intentar vivir en un mundo en el que no viven los ciudadanos.
Se comportan como si nada de lo que les afecta a los ciudadanos fuera con ellos. Aquí han pasado cosas y vaya si han pasado. Los ciudadanos se han arruinado, han perdido sus casas, negocios y trabajos, y en el mejor de los casos sobreviven empobrecidos. Pero ellos como si nada, no han demostrado la menor empatía, es el país de Europa donde más han aumentado las desigualdades. Pero el brutal gasto político y amiguil, ni se toca, en palabras de Mariano Rajoy. Para ellos la única medida es reducir servicios públicos para degradar la Administración, y bajar el sueldo a los funcionarios para reducir el consumo, y lo triste es que no faltan pacatos que lo aplauden.
Rajoy es la viva imagen del inmovilismo y el pasotismo y Susana Díez del mantenimiento de su cortijo. Y me da igual Pepito que Juanito, porque a la hora de la verdad, no sólo el PPSOE es culpable, sino todos los políticos que han tocado algo de poder. No hay más que ver sus discursos donde dejan bien claro que sus problemas no son los de los ciudadanos que representan.
Sería este un buen momento para que reflexionasen si estuvieran a la altura de las circunstancias y actuasen, ya no digo con patriotismo, que sería mucho pedir, sino con un mínimo sentido de Estado y de profesionalidad.
¿Y en Europa?
Como en España, soplan vientos de cambio. El centro político, como la clase media, tienden a desaparecer.
Los euroescépticos, en su mayor parte de extrema derecha, ya son la cuarte parte del Parlamento Europeo.
En un país como Francia, alma y corazón de la Unión Europea, ha ganado la euroescéptica Marine Le Pen. Algo similar ha ocurrido en Gran Bretaña. En Grecia, Syriza ha ganado y los nazis de Amanecer Dorado son los terceros. El apoyo incondicional a la Unión Europea se empieza a quebrar, incluso en países muy proeuropeos, como España.
La avaricia rompe el saco y esta Unión Europea ha demostrado, por un lado, insolidaridad con los países más pobres, y, por otro, no haber estado a la altura de las circunstancias, con lentitud en sus decisiones.
Los dirigentes europeos o saben poca Historia o poco han aprendido de ella. Fomentar la desigualdad en una sociedad es como tirar combustible. Como prenda una chispa salimos por los aires.
Los ciudadanos europeos han pasado de una imagen de una Europa ejemplar, la Europa de los Derechos Humanos y Sociales, a una Europa abominable, el buque insignia del capitalismo salvaje. Urge que Europa vuelva a ser lo que era.
¿Y la abdicación del Rey?
Completamente inesperada. ¿Han tenido que ver algo las elecciones europeas? Es posible, ya que han señalado cierta tendencia a la descomposición del sistema.
La imagen de la monarquía se ha deteriorado como nunca en los últimos años y por eso ha optado por hacer lo correcto, dar paso a la sucesión monárquica.
El movimiento republicano ha movido ficha, pero, a mi juicio, se está equivocando. Por un lado, la sucesión está dentro de la más completa legalidad. Y por otro, no es el mejor momento para cambios de esta índole. Así lo perciben muchos ciudadanos, que entienden que en estos momentos, tienen problemas mucho más importantes. Por otra parte, manifestarse para instar a un referéndum sobre la forma política del Estado, tampoco es un crimen, sino algo legítimo.
Una república no sería necesariamente más barata, ni mejor. Ahí está el ejemplo de Italia. Pero también es cierto, que de mantenerse, hay ciertas cosas que no corresponden al siglo XXI, como la inviolabilidad de la persona del Rey o la preferencia del varón en la sucesión. Tampoco hay por que tener miedo a la república, la mayor parte de los países del mundo lo son y los españoles de ahora no son los de hace tiempo. Pero si desean de verdad que España sea una república, hay que actuar por los cauces legales e instar a la reforma constitucional en este sentido. Llevará tiempo, pero precisamente es el objetivo de las constituciones rígidas, la estabilidad y la serenidad en las decisiones.
Jaime Arroyo
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O vamos hacia la ingobernabilidad o la radicalidad, o bien hacia la solución
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