En Turquía, Irán, Irak, Azerbaiyán y Afganistán son populares las peleas de camellos. No es un espectáculo tan violento como puede parecer por su nombre, ya que la pelea acaba cuando un camello baja el cuello, no sufren daños y existen reglas muy precisas para evitar que los animales sufran innecesariamente.
Los camellos son animales territoriales y combaten en estado natural. Sin embargo, el camello es de naturaleza tranquila y sólo pelean cuando está por medio una hembra en celo.
Para los dueños, la inversión es costosa, ya que un buen camello puede costar unos 20.000 dólares y al menos tienen que tener 10 años para empezar a pelear. Son bien alimentados para que ganen peso. Son unos camellos enormes, que pueden llegar a pesar hasta una tonelada y se les cría para este fin.
En Turquía, los camellos que toman parte en la competición son una mezcla de dromedario y bactriano y son denominados camellos "tülüs".
Los camellos sólo luchan si están en celo, para ganar el derecho al apareamiento. Por esta razón, antes de la pelea, se pasea una hembra joven para que los camellos que van a participar en la pelea se exciten. Se sabe que ocurre esto porque sale saliva viscosa de sus bocas y de sus hocicos.
La pelea normalmente finaliza cuando un animal sobrepone su cuello al del adversario, retirándose este o cayendo al suelo. También tratan de morderse en las patas y se golpean bruscamente. Pero a veces concluye con la persecución de uno tras otro entre la multitud de espectadores, preocupados en evitar ser aplastados. Más vale que los espectadores se aparten si no quieren que les envista un animal que pesa casi una tonelada.
Un grupo de árbitros presencia la lucha de cerca y catorce "urganci" se encuentran alrededor para separar a los animales con unas cuerdas si fuera necesario. Los jueces dan puntos a cada camello según su estilo y actitud.
En Turquía, los camellos son ataviados con coloridas alfombras, mantas bordadas y llevan en sus cuellos una especie de cencerros. En Selçuk (Pamucak) el festival dura dos días, el primero tiene lugar una exhibición y concurso, en el que los camellos participantes lucen sus mejores galas. El segundo día son las peleas, que se prolongan desde las nueve de la mañana hasta pasadas las cinco de la tarde. El publico mayoritariamente es masculino, existiendo un gran bullicio alrededor del área de pelea, con gritos, vítores, música tradicional y aplausos.
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