He criticado en otro artículo el maltrato de Rajoy al pueblo español. Pero el de hoy es de otro aspecto distinto: su absoluta incapacidad como gobernante y como político.
Mariano Rajoy como Presidente y Cristóbal Montoro como Ministro de Hacienda, aparte de todos los que les apoyan están demostrando un comportamiento que sólo podemos calificar como de estúpido o de bobos, aunque la explicación por desgracia es otra y en política mucho más peligrosa: la absoluta desconexión de la clase política española con la realidad de la España actual.
El gobierno de una nación, sea cual sea, podrá ser bueno o malo, hacer una buena o mala gestión, pero lo que no debe nunca es suicidarse, ni acabar con su partido, como parece ser lo que pretende el tandem Rajoy Montoro.
Mano que te da de comer, no has de morder, dice un conocido dicho. Pues bien, eso es a lo que se ha dedicado el Sr. Rajoy, cuando pasaron las elecciones andaluzas.
Contra los autónomos
Arremetió directamente contra una de sus principales bases electorales: los trabajadores autónomos, que son el 90% del tejido productivo español. Incrementó el IRPF, de forma alta para aquellos profesionales que, por su condición de autónomos, no pueden tributar por el impuesto de sociedades, y liquidó las bonificaciones del gasóleo profesional para el sector del transporte. Uno de los problemas principales de los autónomos es la liquidez en forma de acceso al crédito, que no se ha resuelto, a pesar del rescate bancario de la UE, cuyo avalista final somos todos los españoles.
Pero lo que ha dado la puntilla a los autónomos, pequeños negocios y empresas ha sido el incremento del IVA, llegando al esperpento de convertir a España en el país con más impuestos por servicios funerarios. Que el Gobierno gobierna mal y lo hace improvisadamente lo demuestra que si se considera que puede haber hasta un 20% de fraude fiscal, en luchar decididamente contra el mismo, incrementa los impuestos al consumo, mandando la esperada recuperación económica a paseo.
Aunque a partir de 2012, anunció unos pequeños incentivos para autónomos y PYMES el daño realizado es irreparable.
Contra los funcionarios
Los trabajadores públicos, colectivo muy variopinto, que incluye a funcionarios, laborales y estatutarios (no incluyo a los enchufados de matute), según diversas fuentes, cerca de cuatro quintas partes le otorgaron su confianza en las elecciones (el millón de votos que le hizo obtener la mayoría absoluta), ya que Zapatero, por primera vez en la reciente historia les había bajado el sueldo, y muchos además confiaban en que Rajoy mejorase los servicios públicos y regenerase el tema de cargos políticos y enchufados.
Como premio a su confianza, Rajoy, arremetió directamente contra ellos. Les quitó una paga extraordinaria, redujo sus permisos y lo que es más grave de todo, ya que supone un brutal retroceso en los derechos de los trabajadores que hace retroceder a siglos pasados: no pagar los primeros días de baja, aunque esta esté más que justificada. Esto supone ir contra las más elementales normas de salud pública en el caso del personal sanitario con enfermedades infecto contagiosas.
Si había bajas injustificadas, un gobierno como Dios manda, habría establecido controles estrictos, como hubiera hecho para atajar el fraude fiscal, en vez de subir el IVA a toda la población. Pero el gobierno de Rajoy no es un gobierno como Dios manda.
La Administración se ha degradado más de lo que estaba, los enchufados y el desmadre continúan, los buenos funcionarios están quemados, y perdiendo todos estos votos, el Partido Popular es difícil que pueda volver a gobernar. Esto es un ejemplo de buena gestión.
Contra los parados
Cuando Mariano Rajoy se hallaba en la oposición afirmó que su principal preocupación serían los parados, preocupación que por otra parte estaba completamente justificada, ya que además del drama personal que supone, España es uno de los países del mundo con mayor tasa de desempleo. Por esta razón, muchos parados confiaron en Rajoy.
Cuando Rajoy ganó las elecciones en noviembre de 2011, existían en España 5 millones de parados y su programa giraba en la lucha prioritaria contra el paro, era su oportunidad para aplicar políticas que favorecieran el empleo, que en realidad no eran otras más que las que favorecieran el crecimiento económico.
Pero no hace falta ser muy listo para deducir que una reforma laboral que facilita el despido, sin favorecer la contratación, aumentaría el nivel de desempleo. Y si a esto añadimos una política antieconómica, de subida de impuestos y bajada de salarios, el resultado, un año después, era escalofriante: 6 millones de parados, o lo que es lo mismo, en un año se habían destruido 1 millón de puestos de trabajo. Las cifras son tan contundentes, que es imposible defender lo más mínimo esta reforma laboral.
Por desgracia, hoy España se encuentra entre los países del mundo con más desempleo (26%), junto con Malí (30%), Franja de Gaza (45%) o Camerún (39%)
Contra los discapacitados y dependientes
Tener un familiar discapacitado y dependiente es algo durísimo, que en tiempo de crisis conlleva una dificultad sobrevenida. Zapatero dijo que estaría siempre con los más débiles, pero sus hechos demostraron lo contrario, entre otras actuaciones, fue recortar en más de un tercio las ayudas sociales a diversos colectivos de la Comunidad Valenciana, y 670 millones de euros en dependencia en 2010 mediante la eliminación de la retroactividad en la aplicación de la Ley de Dependencia, es decir, no se pagaron los meses que han transcurrido desde que el dependiente presentó la solicitud hasta que le fue concedida. Por eso razón, y afirmando Rajoy que no tocaría el gasto social, muchos familiares de discapacitados y dependientes le otorgaron su voto.
El gobierno de Rajoy estableció que las personas con discapacidad entrasen en el copago, para calcular la capacidad económica del usuario se tendría en cuenta su patrimonio, y además se recortó, como mínimo, un 15% las prestaciones económicas para las personas que cuidan de sus familiares en casa.
Y mientras tanto, se mantienen las traducciones simultáneas en el Senado, que son objeto de chistes en el extranjero. Aunque no se puedan comparar las cuantías, es una simple cuestión de estética y moralidad.
Contra los pensionistas
Rajoy afirmó una y otra vez durante su campaña electoral que quería proteger a los pensionistas, ya que era un colectivo con pocas posibilidades de lograr ingresos. En su investidura proclamó que las pensiones era la única partida presupuestaria que iba a tener aumentos, entre los aplausos de su grupo parlamentario.
Es cierto que sí subió las pensiones, aunque sólo un 1% frente al incremento del 2,4% que vivió la inflación el pasado año. Por lo que esta promesa fue cumplida sólo parcialmente.
No faltaron voces que apoyaron la medida, dadas la grave situación presupuestaria y de déficit público que atravesaba el país, pero tras una vida de trabajo, sacrificio y cotización por parte de los pensionisas, ¿no había otro lugar de donde quitar?
¿Lo manda Europa? Pues que nos gobierne Europa
Pues mire, Sr. Rajoy para eso que nos gobierne directamente Alemania y así nos ahorramos el lastre de más de 450.000 políticos (tiene bemoles que aún no sepamos la cifra exacta), que por muchos recortes que nos impusiera, creo que viviríamos bastante mejor sin la carga de ustedes.
Y nos descansaría la cabeza de no oír tantas bobadas.
Jaime Arroyo
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