¡Fuera pensamientos negativos!

Hay determinadas situaciones que nos consiguen superar. También hay otras que no son tan negativas, pero nuestra percepción del futuro sí lo es y por tanto, impiden que podamos reaccionar ante ellas con objetividad. El resultado de todo esto es un bloqueo emocional que se traduce en estrés, angustia, ansiedad y parálisis, entrando en un circuito cerrado, que lejos de mejorar las cosas, las empeora aún más.

Para dominar estos bloqueos hay que reforzar el pensamiento positivo y la autoestima, es decir, pensar en grande.

En primer lugar, pensar, o mejor dicho estar firmemente convencido de que la situación va a ser superada, porque otros lo han hecho y nosotros valemos para ello.

O sea: Pensamiento positivo + autoestima

Y por último, mandar al infierno los pensamientos negativos y destructivos. No hay que abandonarse a ellos y tener suficiente autodisciplina para borrarlos de la mente.

A largo del día muchas veces nos acosan pensamientos tristes, negativos o destructivos, que minan y destruyen nuestra moral y nuestra autoestima, que nos hacen dudar de nosotros, de nuestras posibilidades y de nuestro futuro.

Si nos dejamos llevar por ellos poco a poco acabermos derrotados y deprimidos. La situación se asemeja a una guerra. Como un enemigo, poco a poco va comiendo el terreno y nos termina invadiendo y apoderándose de nosotros.

¡PROHIBIDO! Es lo que debemos pensar cuando aparezcan esos pensamientos que nos quieren llevar a la ruina. No les haremos caso, pensaremos en otra cosa o nos distraeremos. No nos dejaremos llevar por ello.

¡PROHIBIDO! Gritaremos con el pensamiento cada vez que aparezcan y pensaremos que somos más fuertes que ellos y que no nos van a invadir.

¡PROHIBIDO! Y llenaremos ese espacio con algo positivo, con optimismo, con entretenimiento, con dar un paseo, con música. Y cuando más positivos seamos, seremos más fuertes y nuestros pensamientos enemigos se atreverán menos con nosotros.

Debemos ser disciplinados en esto. Poco a poco, al ver que no pueden con nosotros, terminaran desapareciendo y marchándose.

Y cuando hayan marchado por completo, habrá llegado nuestro momento.

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