Pero independentista español, que quede muy claro, porque de las penalidades de Michael Collins, o la austeridad no violenta de Gandhi, de eso nada. Esos eran unos pringaos, hombre, de eso nada. Nosotros somos muy superiores y estamos por encima de ellos y de todo.
Vivir la vida, comer marisco y caviar, disfrutar de grandes hoteles de lujo, tener cuentas en Suiza, pero no cuatro duros claro, que siempre ha habido clases. Es bella la vida así.
Que bella es la vida cuando no nos la amargan los mugrosos del pueblo, ni los babosos que hablan de lo que disfrutamos, no entienden que nos lo merecemos, ni los que hablan de la crisis o del despilfarro público.
Si sufren la crisis, algo habrán hecho malo, o España, o yo que sé quien. Pero yo no tengo que ver nada. La gente debería besar por donde piso. Lucho por un país independiente, en el que yo, o los míos puedan gobernar tranquilos.
¿Quién es ese de mi partido que grita qué lo primero es el pueblo? ¿pero qué se ha creído ese mono? ¡Lo primero soy yo, qué para eso he sufrido por el pueblo! Y yo soy el pueblo, que mierda se cree ese idiota.
Bueno, aquí lo dejo, me cansa hablar con gente sin dinero y sin cultura, que aprendan de mí.
¿Podíamos abrir una botella de Veuve-Cliquot? Es realmente caro y lo paga el pueblo. Pero yo soy el pueblo y por tanto me lo pago yo.
Y por favor, otra de gambas al ajillo.
Jaime Arroyo
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