Resulta que en España tenemos el dudoso honor de tener una de las legislaciones más inhumanas y capullas en materia de desahucios.
Resulta que la culpa de todo la tenemos nosotros "por haber vivido por encima de nuestras posibilidades".
Resulta que las castas políticas y financieras no tienen culpa de nada. Y por tanto, no se les debe tocar ni uno sólo de sus privilegios. Somos los ciudadanos los que debemos sufrir los recortes y los sacrificios.
Resulta que tenemos el país lleno de aeropuertos sin aviones, sedes de consejos consultivos e instituciones políticas sin utilidad ninguna, salvo para los propios políticos, claro. También por culpa de los ciudadanos, claro.
Resulta que en España, además de desahuciarte de tu vivienda, sigues debiendo dinero al banco y con una patada vas a la puta calle.
Perdida la esperanza de que cambien las cosas, al menos propongo, que por unos elementales principios de humanidad, los deshuciados de su vivienda puedan dormir en aeropuertos sin aviones y en las sedes de las instituciones políticas del país, que para eso son públicas, es decir, de todos, aunque la casta política las use como su cortijo particular.
Jaime Arroyo
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