- Jaime, nos están llenando de mierda, nos están hundiendo.
Esta frase me la decía un amigo de izquierdas y sindicalista de la UGT, en referencia a la actuación de numerosos piquetes violentos en la anterior huelga del 14-N.
Que haya criticado en numerosas ocasiones a los sindicatos de corte político, no quiere decir que no haya personas en sus filas idealistas, generosas y demócratas de verdad.
La mayor parte de los funcionarios son personas trabajadoras y serviciales. Ahí están los datos y las actuaciones. Pero hay una mínima parte que son unos impresentables. Pero basta con que nos topemos con un impresentable para juzgar a la mayoría.
Lo mismo ocurre con los sindicatos. La mayor parte de sus integrantes es gente pacífica y demócrata. No son marcianos, porque les conocemos y están entre nosotros. No es gente violenta, ni matones. Pero basta con que topemos con un piquete violento para juzgar a la mayoría.
- Malditos sindicalistas. Un tiro a todos y al río. Ya verás como se solucionaban muchos problemas.
Esta frase la escuché en una conversación entre dos hombres de mediana edad, al ver la actuación de un piquete que insultaba a los trabajadores a la puerta del centro de trabajo.
Existe en la calle un hartazgo total contra los piquetes violentos. Hartazgo, que a veces ha degenerado en violencia.
Hacíamos una comparación, odiosa como todas las comparaciones, entre funcionarios y sindicalistas. La enorme diferencia es que los dirigentes de los funcionarios, que son los políticos, están, salvo honrosas excepciones, completamente en contra de ellos, y, en cambio, los dirigentes sindicales nunca han criticado la actuación de los piquetes violentos.
En una anterior entrada, comentábamos los 7 minutos de insultos a una trabajadora, Alicia Arroyo, que el azar -o el infortunio- la ha hecho famosa. Heroína para muchos (para mí, por ejemplo, porque defendió sus derechos con valentía) y villana para otros.
Entre un gobierno de la casta; la oposición que ni existe, ni se la espera y también es de la casta; sindicalistas que empañan su labor con actuaciones violentas; y sobre todo, humo, mucho humo, con "hechos diferenciales" e independencia...
...como se frotan las manos los que desean que los trabajadores y los ciudadanos cuantos menos derechos tengan, mejor.
Jaime Arroyo
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