El acierto de adelantar las pagas extraordinarias a los funcionarios


A estas alturas a nadie le ha de extrañar que a nuestra casta política les trae al fresco que los funcionarios pierdan la paga extraordinaria, una o las dos. Cuanto peor les vaya, mejor para ellos y si se pegan un tiro, pues tanto mejor, así hay más sitio para meter a sus amigos y enchufados. Tampoco a nadie le ha extrañar, que salvo honrosas excepciones, que las hay, la gestión pública les importa un bledo, ya que lo único que les importa es mantener su privilegiado estatus, tanto en privilegios económicos, jurídicos y fiscales, como tener a su alrededor revoloteando a toda una corte de aduladores y bufones.

El dinero no es el maná que cae del cielo, necesita salir de la economía, pero de ésta nunca saldrá si no hay movimiento de dinero. Pero la Casta lo tiene bien fácil, sube los impuestos y los paganinis de siempre -los ciudadanos- se sacrifican todavía más para que unos cuantos privilegiados vivan en otro mundo a cuerpo de rey.

A los que no les da igual es a empresas, comerciantes, hosteleros, y autónomos, que si ya lo pasan mal, mucho peor lo van a pasar con la supresión de la paga extraordinaria a los funcionarios. Entre estos colectivos no han de faltar tontos que todavía, aunque vaya en su perjuicio, se alegren. No hay que gastar energía ni en tenerles manía, porque para ellos tienen, que ya bastante desgracia es ser tonto o envidioso. Bastante peor que perder una paga extra.

Pues bien, parece ser que los comerciantes, hosteleros, y autónomos (los listos, claro) están que trinan con el gobierno (aparte de lo de la paga extra por otras "felices" actuaciones del mismo). Aunque los trabajadores públicos no son un gran colectivo desde el punto de vista económico, son un colectivo suficientemente importante para la supervivencia de numerosos negocios, sobre en todo en pequeñas poblaciones, en las que pueden llegar a ser mayoritarios. Por esta razón, algunos gobiernos autonómicos y locales, con dos dedos de frente y quiero pensar que con algo de sensibilidad, han planteado adelantar la paga de verano a enero y en verano se cobrará la de Navidad del próximo año y así sucesivamente hasta que se pueda asumir que el Estado pueda asumir una paga extra de más. Es una triquiñuela contable, que no un fraude, de cara al déficit público, pero al menos sirve para no hundir todavía más la economía, no hundir más a los funcionarios y dar un respiro a empresas y autónomos. Varios ayuntamientos han optado por esta medida y también así lo ha hecho las comunidades de Extremadura y Navarra. Bien por ellos, así demuestran que no todos los políticos son iguales.

Si a esto añadimos que con la norma que regula el "tasazo" de la Justicia, está previsto que a los funcionarios que cotizan por Derechos Pasivos, van a cotizar por una paga que no van a cobrar. Así que no sólo no van a cobrar la paga extraordinaria, sino que van a tener una reducción de unos 150 a 220 euros.

Subida de impuestos, bajada de sueldos, supresión de pagas extraordinarias, subida de la luz, ¿alguien en su sano juicio piensa que así se va a recuperar el consumo?

Quien me suele leer sabe de sobra la "cera" que les doy a los políticos, a pesar de tener políticos amigos de distintas tendencias. Lo hago porque creo que es muy necesario porque lo tienen muy merecido.

Pero esta vez tengo que felicitar a los que han decidido adelantar las pagas a los funcionarios. Estos últimos, al menos y de momento seguirán cobrando sus sueldos. Pero muchos autónomos y pequeñas empresas y comercio andan rojos de asfixia. Esto les dará un pequeño respiro, sólo pequeño, pero al menos respiro.

Jaime Arroyo
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