El gobierno de Monti también fijó una reducción no inferior al 10 % en el organigrama de las Fuerzas Armadas. Se recortaron los gastos de los Ministerios y se endurecieron además los mecanismos de revisión de los procedimientos para la compra de bienes y servicios por parte de la Administración, mientras se limitarán los gatos en coches oficiales hasta el 50 % del registrado en 2011. Mariano Rajoy no ha hecho el menor atisbo de ahorrar en estas partidas. España tiene un enorme despilfarro en coches oficiales, que parece que no se quiere ver. De las compras de bienes y servicios, para que vamos a hablar con diecisiete autonomías (mejor dicho, autonosuyas, de los politicos). Por no hablar de las costosísimas obras del AVE, que pagaremos todos los españoles para que vaya vacío; sí y no es lo de los aeropuertos de antes, esto está ocurriendo ahora.
En Italia, la mitad de las diputaciones serán suprimidas este año, sobre la base del número de habitantes y de los kilómetros cuadrados. Mariano Rajoy no sólo no toca estos auténticos agujeros negros que son las diputaciones, donde van toneladas de dinero público y no se sabe bien donde acaba. Al contrario, está por la labor de reforzarlas.
Gracias a las medidas anteriores, Monti ha podido evitar la subida del IVA, recortes de sueldos a funcionarios y prestaciones de desempleo. Mariano Rajoy es lo primero que ha hecho.
No voy a afirmar que el sistema político italiano sea ejemplar y que no tenga deficiencias, pero el caso de España es singular. Una gran parte de los políticos (no toda afortunadamente) no tiene la menor empatía por la gente que lo pasa mal, prefiere que la gente esté ahogada o que no pueda acabar el mes, antes que tocar lo más mínimo cualquiera de sus privilegios, cuando estos viven muy, pero que muy por encima de la media. Y que curioso que a los que tocan son a los concejales, que son los que menos cobran y frecuentemente los más críticos con el partido.
Y como una imagen vale más que mil palabras, dejamos dos. La primera es de la ministra italiana de Trabajo Elsa Fornero, que no pudo reprimir las lágrimas, tras anunciar los recortes del gobierno Monti de diciembre de 2011, y la segunda del Grupo Popular del Congreso celebrando la “fiesta de los recortes”.
J. Arroyo
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