Así se puede calificar, al menos por el momento, el actual año 2010. Ya sabemos el impacto de la crisis, pero a éste se ha sumado el impacto de la naturaleza, que por más que se diga es completamente imprevisible, a saber:
1.- Las bajas temperaturas han elevado los costes de energía.
2.- Las elevadas precipitaciones han ocasionado numerosas pérdidas.
3.- La erupción del volcán islandés Eyjafjalla ha paralizado el tráfico aéreo, causando cuantiosas pérdidas al sector aéreo.
4.- Las heladas de mayo están ocasionando enormes pérdidas en el sector de la fruta.
A perro flaco todo son pulgas. Lo dicho, annus horribilis.
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