Goya - El buitre carnívoro |
España tiene muchos serios problemas. Pero entre tantos, uno de ellos es el de la energía. Y dentro de la energía, la energía eléctrica. Algo que actualmente está destruyendo la economía empresarial y familiar.
Cuando todo el mundo se echaba las manos a la cabeza, escandalizado porque la subida de la luz podía llegar nada más y nada menos que a un 6%, hoy nos sorprenden con la "grata noticia" de que subirá un 10%. Vamos, a lo bestia. Ya podían subir en la misma proporción los sueldos de los trabajadores y los beneficios de las pequeñas empresas.
Sinceramente, ¿qué está ocurriendo? A grandes rasgos, la tarifa de la luz, se divide a partes más o menos iguales, entre la parte estatal (coste del mantenimiento de la red, etc.) y la parte empresarial (la parte que aplican las compañías eléctricas). Pero si las dos terminan subiendo su parte, este crecimiento de tarifas no tiene fin.
Unos se echan la culpa a otros. El gobierno a las compañías (se está pensando en anular el resultado de la última subasta y lo considera inaceptable), las compañías al gobierno, el gobierno al anterior gobierno, la oposición al gobierno. Entre todos la matamos, pero ella sola se murió. Pero al final, es lo de siempre, el que sufre y paga es el ciudadano paganini.
En países normales, esto sería ya un problema de Estado. Pero aquí los problemas son otros: mantener los privilegios de casta política catalana (vaya, el rollito de la independencia), los privilegios de la casta política española (si no tocáis las narices con la independencia, pactamos), el embarazo de la hija de la Pantoja, o que no se dañe la imagen de los clubes españoles de fútbol (como la infanta, vamos).
Que no, que no, que no todos los españoles son borregos. Que hay muy preparada, muy sensata y muy capacitada. El problema es que son anulados, marginados, y dados de lado por los tuercebotas, avariciosos y soberbios.
Y en esto de la luz tenemos un problema, no sé si son los políticos, las compañías eléctricas, o los dos, porque al final terminan en amor y compaña. O son avariciosos o son incompetentes, por lo que no deben estar ahí. Pero ahí están, ya que la palabra dimisión no existe en España para las castas privilegiadas.
Desde que que se inició la crisis, desde el año 2008 hasta ahora, la luz se ha disparado un 65%. Con una esta subida llegará a un escandaloso 81%. Y lo malo es que sigue subiendo, porque esto no se considera un problema serio para el país.
Analicemos otras cifras, desde el año 2008 hasta ahora. Los sueldos, que han bajado un 6 % de media. Lo que sumado a la inflación del 12,3 %, hacen una pérdida de poder adquisitivo de un 18,3 %. Se han destruido 210.120 empresas, gran parte de ellas a consecuencia directa o indirecta de la subida de la luz.
Y el paro, eso en que España es campeona (no todo iba a ser bueno, como el fútbol o el tenis). Desde un 8,3 % hasta un 26,7 % actual. El problema de ser campeón en paro y en tarifas eléctricas abusivas es que son dos copas ciertamente incompatibles.
Esto no puede seguir así. Las tarifas eléctricas no pueden subir ni un céntimo más. Y no sólo eso. El sector eléctrico debe dotarse de liberalización, de competencia y de transparencia. Y además, España debe contar con una política energética seria.
Cuando muchas familias, en los días frías y crueles del invierno, tienen que optar por comer o encender la calefacción, algo está fallando en este país.
Solucionémoslo de una vez y dejemos de jugar con fuego.
Jaime Arroyo
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