Según informa el diario El Mundo, en su versión en papel, TV3 se pasó siete pueblos y medio con 12 horas de directo dedicadas a la Diada. Si esto ya es una pasada en una cadena pública, que se supone que debe dedicarse a intereses públicos y no partidistas, esto no fue lo peor.
En un reportaje de esta cadena, niños catalanes afirmaban:
Soy independentista y quiero que Cataluña sea un país libre (Clara, 12 años)
Si lo quieren tantos catalanes, quizás España tendrá que rendirse (una niña de 13 años)
Es en 1714 cuando dejamos de ser libres (Anna, 12 años)
Venimos a reclamar que nos dejen ser independientes (un niño de 14 años)
Todo vale cuando se pierde el sentido de la ética y la decencia, hasta utilizar a niños para fines propagandísticos y políticos, algo muy propio de países totalitarios que no conocen de lejos lo que es la libertad, la democracia y mucho menos, los derechos del niño.
Ya no les basta el adoctrinamiento, el despilfarro de dinero público el mismo, las cortinas de humo para tapar la corrupción de la casta política catalana (la Unión Europea sitúa a Cataluña como una de las regiones más corruptas de la Eurozona), los recortes en sanidad y educación mientras se mantienen las jugosas subvenciones a palmeros, que ahora tienen que utilizar a niños para sembrar la discordia entre conciudadanos.
Inadmisible. El Estado debe actuar y debe actuar ya, para eso existe una ley nacional de protección al menor y otra autonómica.
Pero, ¿qué hará Mariano Rajoy? Lo de siempre: tocar el violón. Ya se sabe, fuerte con los débiles y débil con los fuertes.
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