El término bóson de Higgs, referido a una partícula fundamental de nivel subatómico, se remonta a 1964, cuando el físico inglés Peter Higgs, junto a otros colegas, propuso la siguiente solución: todo el espacio está relleno de un campo que interacciona con las partículas fundamentales. La teoría de Higgs afirma que la masa de todas las partícula está originada por un campo que llena todo el Universo. El campo de Higgs era sólo una teoría y para comprobarla se necesitaba encontrar la partícula asociada al campo de Higgs: el llamado “bosón de Higgs”. Éste es difícil de observar porque para generar un bosón de Higgs, se necesita muchísima energía, intensidades de energía similares a las producidas durante el Big Bang, y una vez producido, el bosón de Higgs se desintegra muy rápidamente. Por ello se ha necesitado el trabajo de miles de físicos durante varias décadas, pero se confirmó su existencia el 4 de julio de 2012, en un experimento del CERN. El origen del apelativo “la partícula de Dios” viene de un libro del físico Leo Lederman, que se refería al bosón de Higgs como "la partícula puñetera" por lo difícil que resultaba detectarla. El editor del libro decidió cambiar el término “The Goddamn Particle” por “The God Particle” y así “La Partícula Puñetera” se convirtió en “La Partícula de Dios”. En este caso, el sufijo "de Dios" no se refiere a su supuesto carácter divino, sino a su supuesta dificultad para hallarla.
¿Por qué al bosón de Higgs se le llama "partícula de Dios"?
El término bóson de Higgs, referido a una partícula fundamental de nivel subatómico, se remonta a 1964, cuando el físico inglés Peter Higgs, junto a otros colegas, propuso la siguiente solución: todo el espacio está relleno de un campo que interacciona con las partículas fundamentales. La teoría de Higgs afirma que la masa de todas las partícula está originada por un campo que llena todo el Universo. El campo de Higgs era sólo una teoría y para comprobarla se necesitaba encontrar la partícula asociada al campo de Higgs: el llamado “bosón de Higgs”. Éste es difícil de observar porque para generar un bosón de Higgs, se necesita muchísima energía, intensidades de energía similares a las producidas durante el Big Bang, y una vez producido, el bosón de Higgs se desintegra muy rápidamente. Por ello se ha necesitado el trabajo de miles de físicos durante varias décadas, pero se confirmó su existencia el 4 de julio de 2012, en un experimento del CERN. El origen del apelativo “la partícula de Dios” viene de un libro del físico Leo Lederman, que se refería al bosón de Higgs como "la partícula puñetera" por lo difícil que resultaba detectarla. El editor del libro decidió cambiar el término “The Goddamn Particle” por “The God Particle” y así “La Partícula Puñetera” se convirtió en “La Partícula de Dios”. En este caso, el sufijo "de Dios" no se refiere a su supuesto carácter divino, sino a su supuesta dificultad para hallarla.
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