Según publica el diario ABC, cada escaño autonómico cuesta 319.210 euros, con un total de 1228 diputados regionales.
Multiplicando estas cifras, tenemos un total de 391.977.600 euros, unos 392 millones en cifras redondas. Cifra más o menos asumible a nivel nacional. El problema no son las cores regionales, sino los gobiernos regionales, con sus administraciones, duplicación de organismos, etc.
Hubo un tiempo en que se pensaba que las autonomías servirían para acercar la administración al ciudadano. En numerosos casos han sido al contrario, además de generar unos gastos como un pozo sin fondo. Los grandes beneficiados del sistema autonómico, mas que los ciudadanos han sido los partidos políticos, al poseer una enorme pléyade de puestos políticos disponibles.
En unos momentos en que se cuestiona la viabilidad del estado de bienestar, es quizá hora de replantearse si debemos de cuestionar el sistema autonómico. Si ha de existir, todo indica que no lo puede hacer como lo ha hecho hasta ahora.
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