¿No hay dinero para la sanidad en Cataluña?

La encuesta del CIS, publicada en varios medios de comunicación, entre ellos ABC, La Razón, El País, Público y El Mundo (por citar algunos, perdóneseme las omisiones) no aporta nada nuevo sobre lo previsible, analizando la situación desde la lógica.

Pero en la política, en la historia y en el comportamiento humano, hay cosas que carecen por completo de lógica. Y es que CiU aumente de 10 a 13 escaños, respecto de las elecciones de 2008.

Y si la memoria no me falla, el actual gobierno catalán ha recortado los salarios del personal sanitario,  sus recortes en sanidad han aumentado las listas de espera, y por si esto fuera poco, los hospitales catalanes cobran ya por dormir junto a familiares ingresados, a precio de hotel de tres estrellas

Soy una persona pragmática, y por desgracia, si no hay dinero, no hay dinero y no se va a pintar. Pero, ¿en Cataluña no hay dinero?

Pues resulta que sí hay 160 millones en inmersión lingüística, 25 millones en abrir embajadas para promoción, que llegan hasta 12.000 euros mensuales en dietas y 1 millón en mantenerlas. Mientras el Parlament rechaza bajar los salarios un 20 % de los altos cargos. Por otra parte, en lo que se refiere a medios de comunicación, se han destinado 388 millones de euros del Presupuesto a TV3, y otros 49 millones a Catalunya Radio. Sin olvidar los sueldos de los consejeros del Consejo Audiovisual de Cataluña, que aunque se ha reducido el número de miembros de doce a cinco, cobra cada uno algo más de 100.000 euros. Además, 35 millones de euros del presupuesto se destinan a actuaciones exteriores, de los que 22 son subvenciones a ONG. Con los 13 millones restantes, la Generalitat mantiene sus seis delegaciones, así como 35 oficinas comerciales en el exterior.

Por no hablar de las duplicidades, como el Consejo de Garantías Estatutarias (3,6 millones), el Sindic de Greuges (7,9 millones), la Comisión Jurídica Asesora (3,4 millones)  o los 556 millones de los consejos comarcales.

Símbolos nacionalistas, como las selecciones nacionales catalanas cuestan 1,2 millones y la fiesta de la Diada 300.000 euros.

Para no seguir dando la vara con tanta cifra, diremos que informes, presuntamente "amiguiles", supusieron 31 millones y ya no vamos a mencionar el gasto en cargos, carguitos y cargazos, de más que dudosa utilidad.

O yo soy muy tonto, he perdido el juicio o no entiendo nada.

En primer lugar, que quede claro, que cada uno puede votar a quien le apetezca, que afortunadamente estamos en democracia.

Pero votar un partido que ha recortado y está por recortar derechos sociales, especialmente en sanidad, yo, personalmente, no lo puedo entender.

Estamos en democracia, y dentro de legalidad democrática, cada uno defiende sus intereses y cada uno puede ser lo que quiera, ya sea nacionalista o aficionado al cultivo de la chirimoya Pacica. Si de lo suyo gasta, no hay nada que objetar. El problema surge cuando se gasta de los demás. Y a pesar de que alguna persona piense que no es de nadie, lo cierto es que el dinero público es de todos.

Los catalanes son un pueblo sensato y tienen muchas más categoría que sus políticos. No es cierto y además sería injusto decir que todos los políticos catalanes son iguales. Pero un poquito de por favor, porque esto ya está clamando al cielo. Que las familias andan muy tiesas y los afortunados que trabajan están cotizando todos los meses para tener una sanidad digna.

Espero que las cosas no sigan siendo como en la España de 1814, en la que el pueblo, tras dejar la sangre y la piel en la lucha contra la invasión francesa, aclamaba al abyecto y cobarde Fernando VII, con el grito de ¡Vivan las caenas!


Jaime Arroyo
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