En general, la política del Sr. Rodríguez Zapatero da la impresión de ser una continua chapuza, una especie de improvisación diaria haciendo realidad el tópico hispano, al estilo de los tebeos de Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio, o de la famosa serie televisiva Benito y Compañía.
Nos reiríamos de buena gana, pero lo cierto es que la situación del país no está para risas y por tanto y esto ya es un clamor popular, en conversaciones, cafeterías y correos electrónicos, de que España debe coger ya de una vez por todas el toro por los cuernos.
En la próxima década, España debe disminuir su déficit público un 9,4 %. Es una reducción muy drástica, ya que España es un país grande con abultado presupuesto. La situación es verdaderamente grave y se necesita un plan de ajuste.
El Sr. Rodríguez Zapatero, como está improvisando de continuo, desconocemos sus ideas en un plazo de tiempo, pero a juzgar por la escasa sensibilidad social que ha demostrado con sus actuales ajustes (además de otras políticas que lo demuestran como la subida de la energía eléctrica que ahoga las economías familiares), esa reducción, previsiblemente se recortará de salarios públicos (de los que su referencia se trasladará a los privados), servicios públicos, pensiones, prestaciones sanitarias y otros servicios sociales.
Sin embargo, el Estado no se quiere desprender de sus más pesados lastres, a saber:
- Ministerios de escasa utilidad:
a) Igualdad: sus competencias pueden integrarse perfectamente en el de Justicia
b) Vivienda: una absoluta inutilidad integrable en Fomento
c) Cultura: a integrar en Educación y Ciencia
d) Dos vicepresidencias sin utilidad específica
- Competencias duplicadas de Diputaciones Provinciales y Comunidades Autónomas: de las Diputaciones Provinciales hablaríamos de su escasa utilidad y enorme enchufismo, sus competencias bien pueden ser asumidas por las Comunidades Autónomas. Y también incluso al contrario. Los mismo pasa con las duplicidades de las Comunidades Autónomas y la Administración del Estado.
- Multitud de consejos provinciales, autonómicos y nacionales, que se ha comprobado que no sirven para nada, y las dietas y compensaciones de sus miembros son cuantiosas.
- Privilegios políticos: son una auténtica vergüenza cuando más del 40 % de los españoles no llega a fin de mes, como son pensiones máximas vitalicias, exenciones de cotización fiscal, etc.
- Gastos exagerados de Ayuntamientos: sueldos de alcaldes en función del número de habitantes, que es un buen ratio para evaluar el nivel de responsabilidad y gestión y no al libre albedrío de las corporaciones; obras justificadas y no gastar el dinero en abrir la calle una y otra vez.
- Endurecimiento de las leyes anticorrupción: que robar dinero público en España no sea algo leve y procurar que el dinero robado retorne a las arcas públicas.
- Disminución de vehículos oficiales: medida tomada con éxito en los Pactos de
la Moncloa. Que España tenga un número superior al de Estados Unidos con una población indica que algo se está haciendo muy mal
- Anulación de tarjetas VISA oficiales: para eso tienen los políticos sueldos, que no son precisamente pequeños.
- Supresión de asesores y cargos de confianza: para eso existen los funcionarios, a los que se está desprestigiando de continuo.
- Supresión de subvenciones a sindicatos, organizaciones empresariales, fundaciones opacas y organizaciones sin utilidad: lo normal es que los afiliados las sostengan, aunque sean gastos desgravables.
- Reducción de gastos diplomáticos: como cargos de libre designación, con un embajador y un cónsul en cada país es suficiente. Y como única representación el estado español, que es el único que goza de reconocimiento internacional oficial. Las Comunidades Autónomas deben defender sus intereses, muy legítimos, a través del mismo, con mecanismos que lo permitan. España gasta más dinero que Alemania y Reino Unido y esto es otro despilfarro.
El ahorro de todas estas partidas supondría unos 45.000 millones de euros, sin necesidad de disminuir los sueldos de los funcionarios, congelar las pensiones y suprimir incentivos económicos al nacimiento de hijos, limitar los efectos de las ayudas derivadas de la ley de dependencia, y restricciones en relación con la jubilación parcial, Estas medidas antisociales, sólo han supuesto la tercera parte, 15.000 millones de euros.
Con la mitad de lo ahorrado con estas medidas, se arreglaría el problema del déficit público, acelerándose la actividad económica y saldríamos de la crisis, que parece eterna en España por el lastre que llevamos encima. Un ajuste que sufren los ciudadanos nunca es un buen ajuste y el gobierno que lo lleva a cabo nunca es un buen gobierno. Lo difícil de verdad es encarar de frente la situación del país, que en algunos casos raya en lo bochornoso. Si no soltamos lastre a tiempo, nos podemos hundir.
Esto es ya un auténtico clamor popular y señores y señoras políticos tomen buena nota del mismo porque en el momento que surja un partido que sí atienda estas reivindicaciones, la mayoría de los ciudadanos le vamos a votar en masa.
Jaime Arroyo
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